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Los ricos a diferencia de los
pobres, ahorran su dinero (No lo malgastan en borracheras y banalidades, saben
que su tiempo es oro) y tienen objetivos claros y elevados en la vida.
Sabe que
ciertos productos son gastos, costos e inversión.
Un rico estima su tiempo y lo pone valor, además sabe cómo
no distraerse para alcanzar objetivos determinados.
La mentalidad de un rico
aspira a ser más rico contra viento y marea, mientras el pobre se queja del
gobierno, de su familia que no lo apoya y, del mundo.
La mente del rico siempre
mira, analiza y ejecuta apenas alcanza a ver una oportunidad, el pobre solo ve incertidumbre y en efecto se
queja mucho, MUCHO, de su pasado, presente y futuro.
El rico camina con
optimismo, seguridad y con buen humor. Mientras que el pobre cree que el mundo se ha confabulado
con él para que todo le vaya mal y desde ya se clava una pesada cruz de mala suerte.
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